30 cápsulas por envase, ingesta durante 30 días.
Sólo las cepas bacterianas probióticas que han sido estudiadas en más estudios y han demostrado la mejor eficacia se incluyen en nuestros simbióticos.
11 cepas bacterianas - 60 mil millones de unidades formadoras de colonias (UFC):
- Bifidobacteria breve BR03
- Lactobacillus plantarum LP01
- Bifidobacteria longum BL03
- Bifidobacterium animalis subsp. lactis BS01
- Lactobacillus rhamnosus LR06
- Bifidobacterium infantis BI02
- Lactobacillus crispatus LCR01
- Lactobacillus salivarius subsp. salivarius CRL 1328
- Lactobacillus rhamnosus GG
- Bifidobacteria longum BB536
- Bifidobacterium breve M-16V
Otros ingredientes:
• Ácido L-ascórbico (vitamina C) 12 mg
• Gluconato de zinc 1,5 mg
• L-selenometionina (selenio) 8,25 µg
• Vitamina D (colecalciferol) 0,75 µg
• D-Biotina 7,5 µg
• Inulina de polvo de raíz de achicoria (23%)
• Extracto de granada
• Sales de magnesio de ácidos grasos
• Almidón de maíz modificado
• Carbonato de calcio (cubierta de la cápsula)
• Hidroxipropilmetilcelulosa (cubierta de la cápsula vegetal)
La ingesta se lleva a cabo a diario, idealmente en ayunas por la mañana.
Una cápsula aproximadamente 30 minutos antes del desayuno. Tómelo con un vaso de agua o mezcle el contenido de la cápsula con agua o yogur si tiene dificultad para tragar.
- La vitamina C y el zinc contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario (Reglamento (UE) nº 432/2012).
- La vitamina C contribuye al metabolismo energético normal (Reglamento (UE) nº 432/2012).
- La vitamina D contribuye a la absorción y utilización normales del calcio y del fósforo (Reglamento (UE) nº 432/2012)
Gastrointestinal
Ogata, T., y otros. (1997). Efecto de la administración de Bifidobacterium longum BB536 sobre el ambiente intestinal, la frecuencia de defecación y las características fecales de voluntarios humanos. Biociencia y Microflora, 16(2), 53-58.
Odamaki, T., y otros. (2012). Efecto de la ingesta oral de yogur que contiene Bifidobacterium longum BB536 sobre el número de células de Bacteroides fragilis enterotoxigénico en la microbiota. Anaerobio, 18(1), 14-18.
Del Piano, M., et al. (2012). El potencial innovador de Lactobacillus rhamnosus LR06, Lactobacillus pentosus LPS01, Lactobacillus plantarum LP01 y Lactobacillus delbrueckii Subsp. delbrueckii LDD01 para restaurar el “efecto barrera gástrica” en pacientes tratados crónicamente con IBP: un estudio piloto. Revista de Gastroenterología Clínica, 46, págs. 18-26
Islam, SU (2016). Usos clínicos de los probióticos. Medicina, 95(5).
Cardiovascular
Psique
Kim, C.S., y Shin, D.M. (2019). El consumo de alimentos probióticos se asocia con una menor gravedad y prevalencia de la depresión: un estudio transversal a nivel nacional. Nutrición, 63, 169-174.
Smith, A., y otros. (2015). Una investigación de los efectos agudos de la inulina enriquecida con oligofructosa sobre el bienestar subjetivo, el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. Nutrientes, 7(11), 8887-8896.
Srikantha, P., y Mohajeri, MH (2019). El posible papel del eje microbiota-intestino-cerebro en el trastorno del espectro autista. Revista Internacional de Ciencias Moleculares, 20(9), 2115.
Celúla
Alergia
Metabolismo
Sistema inmunitario
piel
Boca y dientes
Vejiga urinaria
Hombres
Chen, XL, y otros. (2013). Actividad antioxidante y efecto protector de los probióticos contra el daño espermático inducido por una dieta rica en grasas en ratas. Animal, 7(2), 287-292.
Nichols, A. W. (2007). Probióticos y rendimiento atlético: una revisión sistemática. Informes actuales de medicina deportiva, 6(4), 269-273.